17.12.05

IMAGEN LIBERADA




Estamos muy unidos al olvido?
Cuando mi cansado cuerpo se despide e invita a tientas al reposo,
te avienes de lo más recóndito, de lo más lejano, de donde mis ojos no se han posado...
y me sales al encuentro
Cómo te desprecio
Cómo te borro
Si eres la más espléndida emanación que se ha combinado conmigo?

Por razones diversas invades mis reflexionadas fantasías
Tus manos de hombre se enredan en mis sienes
Y esa tu boca dibuja arabescos complicados, lúbricos, llenos de vuelcos y
de seductores revuelos
Entonces mis sentidos se engalanan y te reciben en desorden asonante
Y al momento siento entibiarse, allí donde se supone es el nacimientos de mis piernas
Al menor contacto se ofrece lo liviano de mi cuerpo
Se pungen unos senos urgentes como columnatas calientes,
paralizadas, enhiestas, expectantes y sedientas

Mis ardores no necesitan verte
Te adivinan y se explayan
Mis manos no me obedecen;
corren expertas por entre tus lugares urgentes
El tacto se crispa, la lengua se siente resuelta,
y husmea entre el torso y el reverso
y en su lenta y menuda aventura se encuentra
con la parte media que encierra tus delicias sueltas.

Son dos cuerpo imprudentes;
produciendo un ritmo que innova como música líquida,
salobre y viscosallena de enganche,
de respiros cortos, agitados,
pidiendo en gritos ahogados
que se consuma el final.

Te retiras y desde tu altura me catas
Son tus ojos promesa vehemente,
que recorren sin pudor, todas mis secciones en saga
Me complace verme en tu mirada y sentir en ese paseo amoroso
Todo tu amor lleno de alboroto.

Tus palabras me clavan,
hacen de mi sangre un gran río lleno de lava
Hay sutileza, reclamos celados,
dulzura pasional y mezcladas con tu aliento,
ya no son palabras; son clavos enterrados.

Y la retreta se inicia, arranca la salvajada expedita
Entonces engulles los jugos de mis carnes,
y los sudores recorren confundidos las extensiones juntadas.
Como hembra encelada y lubricada te reclamo
y con rugido de fiera me levanto
y tomo despacio y a la carrera todo tu cuerpo
que de tierna primavera ha pasado a ser brasa y candela.

No hay vuelta, no hay el menor asomo de vergüenza
Me penetras, y te cebo
Te entrego a mis tormentos vaginales;
a los vaivenes violentos cuando se contrae todo mi cuerpo uterino,
dejando al paso un río que es mar que se escapa de mi cuerpo,
convirtiendo la pasión en estruendoso desahogo.

Aun estamos hilvanados, y me dejo sentir por el orgasmo,
y es tanto el deseo renovado que continúas mi cuerpo socavando,
pero tus mucosidades, lo vidrioso en tu mirada, tus fosas dilatadas
dan claras señales que estás a un paso del tan esperado holocausto;
aquí mi lengua unta de glosa tus oídos,
y se explaya todo el repertorio amoroso desde mis labios.

Y te veo venir y gritar y arremeter sin desmayo,
y mi sexo en un instinto siempre sabio;
te recoge, te estrecha, te absorbe, y te besa con sus labios...
Hay un estallido, un naufragio florido,
y corren tus espermas derramando mis profundidades más humanas.

Allí lívidos y conmovidos, luego de haber estado suspendidos,
guindados y sepultos
Cada quien entre lo suyo
Depositamos enlazados nuestros cuerpos recostados.
Duermes y entre muecas felices me nombras.

Yo arqueada a tu lado te veo yacer, y mis fuerzas se pierden de tanto intuir:
Que te amo como a nadie
Seas real
Seas de otra
Seas sueño
O algo que voy inventando para sentirme alguien
Para soñarte y tenerte aunque metamorfeado en el aire
En la distancia asesina que me acaba y me aniquila
La misma que se roba el cárcava y lo llena de bruma
La que se atreve a verte y a darme el aviso
Y dejarme estrellada contra el piso.

Muta

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